CONFESIONES DE JESUITAS

04 mayo 2007

Publicado en La Vanguardia el 29 de abril
El revelador 31 jesuitas se confiesan ha tenido un eco y un éxito superiores a los previstos, más en el ámbito laico que en el específicamente religioso. Tendrá segunda edición, con algunas significativas modificaciones, que se titulará Confesiones de jesuitas. Su publicación a finales de este año coincidirá - pretendida coincidencia- con la 35. ª congregación general de la Compañía de Jesús, que comenzará el 8 de enero del 2008. Su padre general, Peter-Hans Kolvenbach, que ya anunció que presentaría su dimisión ese día, ha expresado su voluntad de escribir un breve comentario a este libro.

AMIGO AGNÓSTICO
Los autores de 31 jesuitas se confiesan,editado en castellano y en catalán, y del futuro Confesiones de jesuitas, de dimensión eclesial internacional, son dos catalanes que conocen las luces y las sombras de Roma. Son el jesuita e historiador Josep M. Benítez Riera (Arenys de Mar, 1937) y el poeta y filósofo Valentí Gómez Oliver (Barcelona, 1947) que se declara agnóstico, si bien cree en la trascendencia. Benítez explica: "A Valentí y a mí nos une la inquietud histórico-crítica por descubrir la verdad que se encuentra agazapada detrás de cualquier tipo de creencia y, también, el compromiso amistoso de la búsqueda de la verdad documental y la promoción de la justicia no ideologizada".

´IMAGO MUNDI´
El instrumento para descubrir la verdad íntima del mundo de los jesuitas es el cuestionario original preparado por los dos autores, el socrático Benítez y el poético Gómez Oliver, con el nombre nada casual ni arbitrario de Imago mundi (imagen del mundo) o imagen de los jesuitas extendidos por todo el mundo. Benítez explica que en el año 1640, los jesuitas de Flandes editaron un grueso volumen de balance del primer centenario de la Compañía de Jesús con el título Imago primi seculi (imagen del primer siglo). Tanto en 1640 como ahora, Imago no se refiere a dar una buena o mala imagen, sino que equivale a realizar una radiografía de la realidad. En este caso, de los jesuitas. "Por ello no pretendemos hacer - insiste Benítez- un análisis sociológico, ni histórico, ni de opinión, ni menos dar un juicio, sea moral o religioso. Nuestro planteamiento consiste en fotografiar diversos jesuitas de diferentes partes del mundo que son significativos y que pueden ser un testimonio de lo que es su vida".

MÉTODO IGNACIANO
El cuestionario Imago mundi fuerza a los jesuitas encuestados a realizar un autoexamen y a revelar cómo han vivido y viven su propia vida. La misma portada de la primera edición de esta obra muestra, según Benítez, de modo muy visual el método ignaciano de análisis de la conciencia, de la propia realidad personal. Explica: "Son los cinco puntos reflejados en los dedos de la mano. 1) Gratias age. Ponerse en presencia de Dios. Darle gracias. 2) Pete lumen. Pedir la gracia de la luz divina para descubrir la propia realidad humana. 3) Examina. Con esta luz divina se pasa a la introspección para reconocer los aciertos y errores, fines y objetivos, lo que se ha logrado o no se ha logrado, y el porqué. Ahí se funda la verdadera humildad que implica reconocerse a sí mismo en el bien y en el mal. Aunque parezca paradójico, la humildad es fundamental para la vida de los jesuitas, a pesar de que somos considerados orgullosos, porque un jesuita debe ser veraz y no hipócrita. 4) Dole. Dolerse de lo mal hecho. Petición de perdón. Arrepentimiento de lo que se ha hecho mal. Petición de perdón. 5) Propone. Es la consecuencia dinámica. Hay que ser activo, creativo, energético. Proponerse un objetivo. El jesuita ha de provocar continuamente. Crear lo máximo posible en el barrio, la escuela, la ciencia, las misiones, donde sea. Se ha de empujar, hacer progresar, cambiar la sociedad, luchar contra el mal, sea analfabetismo o pseudociencia, ignorancia o dogmatismo. Saber ser críticos. Y adoptar un compromiso por los necesitados (ricos o pobres), por la justicia libre de ideologías, aplicar la opción preferencial por los pobres...".
TESTIMONIO VITAL E ÍNTIMO
Una de las características de este libro es su carácter testimonial. "La razón de este libro - explica Josep M. Benítez- es ir a la intimidad de los entrevistados. Es un libro testimonial. Aquí radica su valor. Hoy más que nunca lo que vale en la transmisión de la fe es el testimonio de vida. Eso es, se trata de ser coherente entre lo que se cree y lo que se vive". Para realizar la primera edición del libro, Benítez y Gómez Oliver enviaron el cuestionario a 54 jesuitas de todo el mundo en busca de este testimonio vital e íntimo. De ellos, 14 no contestaron. Al respecto, el padre Benítez comenta escéptico: "No dejó de sorprenderme esta falta de sensibilidad y, ciertamente, esta falta de educación". Cinco jesuitas dijeron que no eran dignos de figurar en un libro de estas características. Tres respuestas no fueron aceptadas porque no se atenían a lo solicitado. Y una respuesta fue censurada por la Compañía de Jesús. Hay que tener en cuenta que toda obra que publica un jesuita pasa por el filtro, razonado y argumentado, de la revisión de la propia Compañía de Jesús.

EL POLACO CRÍTICO CON WOJTYLA
Los dos autores trabajan en la segunda edición del libro. Está previsto que se edite próximamente con el nombre de Confesiones de jesuitas. Será traducido al italiano, inglés y portugués. Se mantiene el mismo cuestionario.Hay algunas variaciones en la lista de encuestados. No repetirán los que desde la primera edición, de mayo del 2003, han fallecido, porque el criterio es ofrecer el testimonio de los jesuitas vivos. Los fallecidos son Carlos I. González, Carlo Hubber, Juan Plazaola, Joseph Drost, Josep O´Callaghan. Entre los fallecidos figura el gran amigo de los autores Miquel Batllori, cuyas respuestas serán reeditadas porque el padre general de la Compañía ha solicitado que el testimonio del docto jesuita catalán se mantenga en la segunda edición. Pero cae el polaco Stanislaw Obirek, que ya no es jesuita. Obirek, en un programa televisivo, realizó un juicio crítico sobre la persona de su compatriota Karol Wojtyla a raíz de su fallecimiento. La Conferencia Episcopal Polaca presentó quejas al nuncio en Varsovia. Se consideró conveniente que este jesuita dejase la Compañía de Jesús. El propio Obirek así lo hizo.

SE MANTIENE SOBRINO
Doce nombres nuevos figurarán en la segunda edición del libro. Kolvenbach ha pedido que se incorpore el testimonio del vietnamita padre Doan, torturado por los comunistas. Los autores han invitado a otros jesuitas del mundo. Entre ellos, a Federico Lombardi, los norteamericanos Bob White, O´Malley, el notable pensador Pandberg. el islamista holandés Roest-Crollius, actualmente profesor en África, el prestigioso teólogo australiano O´Collins, Pedro Miquel Lamet, José Ignacio González Faus y el africano N´Gulu. Y se mantiene Jon Sobrino. Su testimonio humano, cristiano, teológico y jesuítico cobra más valor a raíz de la reciente notificación del Vaticano sobre algunos aspectos de sus obras teológicas. Estas obras, debido al funcionamiento de la Compañía, pasaron en su día su censura regular.

TESTAMENTO DE KOLVENBACH
Kolvenbach está encantado con esta obra. Se compromete a redactar un breve epílogo. Ello es significativo, ya que está previsto que el libro esté en la calle casi coincidiendo con el comienzo (5 de enero del 2008) de la congregación general de la Compañía de Jesús, que tendrá como uno de los puntos fuertes la dimisión de Kolvenbach, concedida ad casum por Benedicto XVI. Ello implica la elección del nuevo padre general. Así, el colofón de Confesiones de jesuitas podría ser como un testamento espiritual de Kolvenbach. Colofón enriquecido también por la opinión de una fuerte personalidad laica femenina que expresará desde su perspectiva no religiosa una opinión sobre los jesuitas, de modo que en el libro convivan las dos almas de sus autores: la del laico y la del creyente.

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